viernes, 16 de marzo de 2012

REESTRENO 2012


Vuelve con motivo de los festejos del 18° aniversario del Museo de Historia Regional “Tristán Suárez”, ubicado en la intersección de las calles Eustaquio Gómez y Farina en la localidad de Tristán Suárez.

Domingo 18 de marzo – 20 horas.

Elenco

Macacha Güemes: Virginia Raquel Ottonelli

Magdalena Goyechea de Güemes: Alicia Carro

Negra empanadera: Norma Spinelli

Martín Miguel de Güemes: Alejandro Sikora

Manuel Belgrano: Cristian Robledo

José de San Martín: Jorge Ravone

Amiga de Macacha: Susana Salina

Criada de la familia Güemes: Yésica Caro

Burela / Gaucho de Güemes: Hugo Roldán

Obispo: Horacio Gussoni

Criada / Dama salteña: Ana Loisi

Dama salteña: Florencia Segovia Roa

Dama salteña: Marisa Salto

Dama salteña: Marquesa Gimenez

Dama salteña: Ana Olimpia Pira

Invitadas de honor: Laura Seidem - Albana Seidem - Ana Lia Garófalo

Caballero salteño: Sergio Bates

Caballero salteño: Gonzalo Márquez

Ficha técnica

Producción General del Proyecto “Museo – Historia – Teatro”:

Museo de Historia Regional “Tristán Suárez” y Adrián Cabral

Dramaturgia: Claudia Graciela Muscio

Producción ejecutiva e iluminación: Roberto Carlos Tarabelli

Diseñadora y asesora de Vestuario: Claudia Candia

Escenografía y utilería: Claudia Graciela Muscio – Ana María Fernández

Maquillaje y peinados: Ana María Fernández

Prensa y difusión: Adrián Cabral – Noemí Buján

Boletería: Dora Skopiuk – Silvia Aguirre

Cantantes líricas: Laura Seidem y Albana Seidem

Piano en vivo: Ana Lia Garófalo

Coreografía: Alicia Carro

Asistente de Dirección:

Yésica Caro

Dirección y Puesta en escena:

Adrián Cabral


Adrián Cabral A&E - Copyright original ©

miércoles, 14 de marzo de 2012

Unipersonal "Exit, salida de emergencia"


Gira Nacional y Popular 2012

> Una decisión difícil que me pone en jaque!!!!!!!

Este año, como vengo haciendo desde hace algunos años atrás, continúo con una suerte de “tradición personal” que año a año me obligo a respetar rigorosamente. Sumándome a proyectos artísticos que me comprometan como actor y como persona de bien, que me movilicen, que me modifiquen y sobre todo, que me pongan en jaque como artista. Y digo “jaque” en el sentido más agresivo del término, porque como los gladiadores de antaño que luchaban por su vida en la arena necesitaban de la adrenalina de enfrentarse a la muerte pelea tras pelea, día a día, en cada una de sus luchas; yo necesito de la adrenalina que me genera ir por lo nuevo, ese vértigo de enfrentar mis miedos. Mi miedo al vacío. Esa enorme incertidumbre que genera lo desconocido, lo nuevo, lo extremadamente difícil.

Necesito probarme a mí mismo que soy capaz de adaptarme a diferentes escenarios, a diferentes textos, personajes, directores y compañías, e intentar ser el mejor, y claro, tener éxito, cosa que no es para nada fácil. Pero no “éxito” como comúnmente se define la palabra: 1) Incremento inescrupuloso y excesivo de la cuenta bancaria. 2) Fama a base de holgazanería, escándalos y/o espectáculos burdos y chabacanos. Sino que me refiero a sentirme exitoso midiendo el éxito con mi propia vara, con mi exclusiva escala personal de valores, esos valores que me enseñaron mis antepasados y que gracias al cielo o al destino o vaya saber uno a qué, me marcan el camino, porque esos valores quedaron tatuados a fuego en mí y, muy especialmente, en mi corazón. Por eso hoy digo un gigantesco gracias, a mis viejos, a mis tíos, a mis maestros y a mis abuelos que me enseñaron que el amor es la fuerza más poderosa del mundo y que uno es exitoso sólo si ama apasionadamente lo que hace y logra ser feliz.

Gracias a ellos y a sus lecciones de vida hoy me siento exitoso como persona y como artista, porque soy extremadamente feliz trabajando de eso que amo con locura: Hacer Teatro. He intento hacerlo, como me enseñaron los que saben, jugando como un niño: Explorando sin temores, actuando con alegría, saboreando cada texto que me seduce, volando en cada ensayo creativo, disfrutando del viaje que me regala cada función y experimentando la infinita sensación de amor que me genera cada aplauso. Sin lugar a dudas, actuar es la razón de mi vida.

Por eso, decidí dejar el tranquilo y cómodo lugar del reconocimiento y embarcarme en un desafío personal y profesional que, seguramente, marcará un antes y un después en mi precoz carrera artística, no porque el reconocimiento no me guste o no lo disfrute, sino porque justamente no me siento cómodo en ese lugar de “artista reconocido”, y me refiero al reconocimiento de la gente, la prensa y los amigos hacia el laburo medianamente bien hecho, porque esos halagos hacen que uno se confíe, que se crea “bueno” o “muy bueno” o en el peor de los casos, se contagie una triste enfermedad que yo llamo: “Síndrome de Robert De Niro”, creyendo que porque hizo bien su trabajo alguna vez en su vida es una súper estrella de cine. Por eso necesito siempre un nuevo desafío que me lleve al terreno de lo desconocido y me haga latir el corazón bien fuerte. Necesito sentir esa dosis de adrenalina y de vértigo que me generen un enorme miedo al vacío, que me obligue constantemente a superarme, poniéndome en jaque.

El unipersonal “Exit, salida de emergencia” cumple con esos requisitos en este momento de mi vida y mi joven carrera de actor, por eso estoy orgulloso de ser su protagonista y de encarar esta gira nacional y popular con alegría y amor, mucho amor.



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